Uno de los factores más esenciales al manejar diferentes viscosidades es la velocidad de llenado. Los productos más espesos, como cremas o geles, requieren velocidades de llenado más lentas para evitar problemas como desbordamientos, burbujas de aire o distribución desigual del producto. Si el producto se dispensa demasiado rápido, es posible que no se mida con precisión, lo que provocará inconsistencias en el llenado final. Por el contrario, los líquidos más diluidos, como sueros o aceites, fluyen más fácilmente, lo que permite un llenado más rápido sin riesgo de derrames o imprecisiones. Para abordar estas variaciones, la máquina de ensamblaje automática está equipada con un control de velocidad variable que permite al operador ajustar la velocidad de llenado según la viscosidad del producto que se procesa. Para formulaciones más espesas, una velocidad de llenado más lenta garantiza que el producto se dispense a un ritmo constante, evitando salpicaduras o derrames. Para productos más delgados, la máquina puede aumentar la velocidad para mejorar el rendimiento sin comprometer la precisión. Esta flexibilidad en la velocidad de llenado garantiza que cada tipo de producto se maneje de manera adecuada, evitando desperdicios y optimizando la eficiencia de la producción.
La viscosidad también afecta directamente la presión requerida para empujar el producto hacia la botella sin aire. Los productos más espesos, como lociones o cremas, requieren una presión más alta para facilitar un flujo suave a través de la boquilla de llenado. Sin suficiente presión, es posible que el producto no se dosifique correctamente, lo que provocará un llenado incompleto o burbujas de aire dentro de la botella. La máquina ensambladora automática está equipada con mecanismos de control de presión ajustables que permiten al operador modificar la presión en función de la viscosidad del producto. Para formulaciones más espesas, la máquina puede aumentar la presión para garantizar que el producto se dosifique de manera efectiva, mientras que para productos más delgados, se puede aplicar un ajuste de presión más bajo para evitar el sobrellenado o derrames. Además, los ajustes de presión se pueden ajustar para evitar daños a los ingredientes sensibles del producto, manteniendo la integridad del producto y garantizando que la botella se llene correctamente.
La máquina suele estar diseñada con boquillas y válvulas intercambiables o ajustables que están optimizadas para diferentes viscosidades de productos. Los productos más espesos pueden requerir una boquilla o apertura de válvula más amplia para permitir un flujo más sustancial, mientras que los productos más finos se pueden dispensar a través de boquillas más estrechas para garantizar llenados precisos y reducir el riesgo de sobrellenado. Las boquillas de mayor tamaño están diseñadas para productos más espesos, como cremas o geles, y permiten que el producto fluya libremente sin resistencia, evitando obstrucciones o retrasos en el proceso de llenado. Por el contrario, las boquillas más pequeñas son adecuadas para líquidos más diluidos, lo que garantiza que el producto se dosifique de forma lenta y precisa en la botella. La máquina de ensamblaje puede venir con un conjunto de válvulas ajustables que se pueden cambiar según la viscosidad de la formulación que se está llenando, lo que proporciona caudales óptimos para cada tipo de producto. La flexibilidad para ajustar o intercambiar boquillas y válvulas también ayuda a agilizar los procesos de producción cuando se producen múltiples formulaciones de productos en la misma línea, lo que garantiza que cada producto se dosifique correctamente sin la necesidad de recalibraciones complejas.
Moderno máquinas de ensamblaje de botellas sin aire al vacío puede incluir sensores de viscosidad que monitorean la consistencia del producto que se dispensa en tiempo real. Estos sensores analizan las propiedades de flujo del producto a medida que avanza por el sistema, detectando cualquier variación en la viscosidad. Cuando se detecta un cambio en la viscosidad, el sistema ajusta automáticamente parámetros clave como la velocidad de llenado, la presión y la apertura de la boquilla para compensar el cambio en las características del flujo del producto. Por ejemplo, si la viscosidad del producto aumenta (quizás debido a fluctuaciones de temperatura o propiedades de los ingredientes), la máquina puede disminuir automáticamente la velocidad de llenado o aumentar la presión para garantizar una dosificación suave y consistente. Este ajuste automático es especialmente valioso en entornos de producción de gran volumen, ya que reduce la necesidad de intervención manual y garantiza que el proceso de ensamblaje siga siendo eficiente, independientemente de la consistencia del producto.